ARAOZ PUNTOS DE VISTA

Lima, 27 de octubre de 2023

UN CUARTO DE SIGLO CON AMISTAD, PAZ Y DESARROLLO

Por Antero Flores-Araoz,


Hacen veinticinco años, el 26 de octubre de 1998 se suscribió en Brasil, la llamada Acta Presidencial de Brasilia, suscrita entre los presidentes de Ecuador y del Perú, respectivamente Jamil Mahuad y Alberto Fujimori, y con la intervención de los presidentes de los países garantes del Protocolo de Río de Janeiro, Argentina, Brasil, Chile, y el representante del presidente de los Estados Unidos de América.

En dicha acta se dejó “constancia formal de la conclusión definitiva de las diferencias que durante décadas han separado a sus dos países”. Simultáneamente se suscribió el “Tratado de Comercio y Navegación”, el “Acuerdo de Integración Fronteriza, Desarrollo y Vecindad”, el “Convenio sobre Tránsito de Personas, Vehículos, Embarcaciones y Aeronaves”, la estructura del “Plan Binacional de Desarrollo de la Región Fronteriza” y diversos otros instrumentos internacionales.

Como se recordará las diferencias fronterizas habidas entre Ecuador y Perú durante décadas, desencadenaron diversos conflictos bélicos, los que pretendieron ser resueltos con el Protocolo de Río de Janeiro de 1942, pero que lamentablemente, pese a su legitimidad, no cumplió su cometido y cada cierto tiempo volvían a materializarse las confrontaciones bélicas entre dos países que siempre debieron ser hermanos, teniendo en consideración su origen común, al igual que sus idiomas, sus etnias, sus culturas, sus credos religiosos y, sobre todo, sus anhelos de bienestar

Los acuerdos antes mencionados fueron complementados con la definición de la frontera marítima entre los dos países, lo que se hiciera años después en el gobierno de Alan García.

Haciendo una mirada retrospectiva a este cuarto de siglo vivido, después de los acuerdos de paz contenidos en el Acta Presidencial de Brasilia, podemos estar satisfechos, tanto ecuatorianos como peruanos, pues nuestros lazos de amistad y entendimiento se han afianzado; las relaciones fronterizas son excelentes; el intercambio comercial entre Ecuador y Perú aumentó exponencialmente, siendo beneficioso para ambos Estados y sus ciudadanos, y así podríamos seguir y seguir, sin dejar de mencionar que recursos que antes estaban destinados para la defensa, hoy se orientan al desarrollo, que aún tiene muchos otros aspectos para hacer crecer a nuestras dos naciones, como por ejemplo el Proyecto Binacional Puyango- Tumbes, que ya debería apresurarse.

La paz lograda tenemos que agradecerla inmensamente a los presidentes de aquel entonces de Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos de América, así como a sus Cancillerías, que realizaron una tarea ejemplar de acercamiento, pero sobre todo a los presidentes Mahuad y Fujimori, que actuaron patrióticamente y con voluntad concertadora, para dejar solo para la Historia las divergencias del pasado y emprender el camino del progreso común. La tarea no fue fácil, pero tuvieron la valentía de actuar y no seguir dejando tareas inconclusas.

Pero también hay que agradecer a los Cancilleres de ambos países, como José Ayala en Ecuador, Fernando de Trazegnies y Eduardo Ferrero en Perú, así como a quienes los secundaron en sus sedes ministeriales y embajadas, como, sin lugar a dudas, a los Congresos de ambos países. Concretamente en el Perú bajo la conducción de Víctor Joy Way y presidiendo la Comisión de Relaciones Exteriores Oswaldo Sandoval, más todos los congresistas que supieron variar el curso de nuestra Historia.

Empero, que ingrato es el Perú con Fujimori, que pese a su avanzada edad y enfermedad, sigue sufriendo carcelería. Es inconcebible.